martes, 28 de junio de 2016

Recopilatorio de herramientas para enfrentarnos al enfado y nerviosismo

      ¡Buenos días familias! A lo largo de mayo y junio hemos estado trabajando la emoción del "enfado", sus consecuencias y distintas herramientas que podemos utilizar ante él.  Se las he ido comentando a la mayoría de ustedes al acabar el taller pero creo que es importante que lo deje claro por aquí.

       Los niños han identificado que pueden llevar a cabo distintas técnicas en situaciones de enfado o nerviosismo:
    

          - la vela del enfado. Esta técnica consiste en imaginarse que el enfado que están sintiendo es como la llama de una vela, y que la única forma de apagarla es soplando. Por ello pautamos que tenían que respirar hondo y pensar que cada vez que soltaban el aire estaban intentando apagar la llama. Podían hacerlo cuantas veces quisieran, hasta que sintiesen que estaban más tranquilos y por tanto que la llama se había apagado.
   
      -la botella de la calma. Esta técnica es básicamente útil cuando estamos en casa y tenemos al alcance la botella de la calma. Saben que pueden acudir a la botella, agitarla (cuando la purpurina empieza a moverse rápido en distintas direcciones ejemplifica cómo se encuentran nuestros sentimientos y pensamientos cuando estamos enfadados o nerviosos), colocarla en un lugar tranquilo y observar el movimiento de la purpurina hasta que la botella quede en calma. Pueden, además, respirar hondo al mismo tiempo.

      -la técnica del semáforo. A cada color hemos asociado un significado. El rojo=para; el amarillo=piensa; el verde=soluciona. Hemos trabajado situaciones hipotéticas en las que podrían utilizarlo. Podrían practicarlo en casa, no solo cuando surja alguna situación que lo requiera dónde pueden decirles "¡Semáforo! Recuerda: para, piensa y soluciona"; sino también en momentos de calma en los que sería ideal trabajar con ellos posibles situaciones que se han dado o se podrían dar y en las que ellos podrían ponerlo en práctica.

      -la técnica de la tortuga.  Ante la palabra "tortuga" se colocan imitando la posición de una tortuga. Este tipo de técnica se suele utilizar ante conductas impulsivas, como por ejemplo cuando el enfado o nerviosismo puede derivar en empujar, pegar, etc. Esa posición es incompatible con las conductas que acabo de comentar. A día de hoy estamos, además, practicando la relajación muscular para que puedan llevarla a cabo mientras pongan en práctica esta técnica.

Espero que estas herramientas les sean útiles.
¡Feliz semana!



lunes, 2 de mayo de 2016

JUEGOS para el miedo a la oscuridad, uno de los más frecuentes.

    El miedo a la oscuridad se considera un temor evolutivo, una etapa normal en el desarrollo de los niños. Sin embargo, aunque se entienda como parte del crecimiento, es importante tomar algunas medidas para que el niño lo supere y así pueda dormir tranquilo.

    Como ya saben, la mejor manera para llegar a los niños, es a través del juego. Por ello, voy a plantearles una serie de juegos, seguramente conocidos por ustedes, que permitirán a los niños interactuar con el mundo sin emplear la vista:

- La gallinita ciega: En primera instancia han de ser ustedes quienes, siempre con la luz encendida, pero con los ojos tapados, traten de encontrar a sus hijos palpando por la habitación hasta dar con ellos. Esto les divertirá y ayudará a que los niños no tengan miedo a perder la visión cuando se intercambien los papeles y sean ellos quien deban de buscar a sus papás con los ojos vendados.

- Toca, toca. Mete varios objetos en un saco y apaga las luces; los niños deben meter la mano y palpando a oscuras tienen que adivinar de qué se trata. Repetir el proceso al revés, es decir, pidiéndoles a ellos que guarden algunos de sus juguetes en el saco para que seas tú quién tenga que adivinarlos.
- Los sonidos: En un ambiente relajado y con la luz apagada aprovecharemos para captar la atención  de los niños con sonidos de animales u otras cosas que él o ella deberán de adivinar y viceversa.

- La piñata: Un juego divertido, que se lleva a cabo con los ojos vendados y que suele jugarse en fiestas de cumpleaños. Sirve perfectamente para nuestro propósito. 

-  Ponerle la cola al burro: Lo primero que se debe hacer es dibujar un burro (sin cola) sobre un papel y colocarlo en una pared mediante cinta adhesiva o una chincheta. A continuación hay que dibujar la cola del burro en otro papel, recortarla y colocarle una chincheta en la parte superior. Después vendaremos los ojos del niño y le daremos vueltas. Mediante pistas e instrucciones el niño deberá colocar la cola de burro en el lugar correcto.

- Sombras chinescas: El juego debe de realizarse con la luz apagada ayudándose de una vela o luz tenue, la cual nos ayudará a proyectar sobre la pared la silueta de personas, animales, etc, que el niño debe de adivinar.

Los miedos infantiles


            Los niños, a lo largo de su desarrollo, experimentan distintos miedos. La mayoría de éstos son pasajeros: el miedo a la separación, a personas extrañas, a la escuela, a la oscuridad, entre otros, irán apareciendo y desapareciendo en determinadas edades.

            Concretamente, en la etapa preescolar (2 a 6 años) se puede apreciar una clara evolución de los miedos infantiles, ya que hay más estímulos que puedan provocarlos. Pueden entrar en escena estímulos imaginarios y los miedos pueden hacerse algo más abstractos (fantasmas, monstruos, etc.). El miedo a los animales también se desarrolla en esta etapa, y puede perdurar como fobia hasta la madurez.

            Es fundamental que los niños vean a sus padres y figuras de referencia muy seguros, porque esta actitud de los adultos les va a dar seguridad. Como estrategias para superarlo, podemos ir hablando con ellos y estableciendo pautas, pero lo que no va a valer en absoluto es no exponerse a ese miedo. La evitación es la peor de las respuestas, porque si se evita el miedo, se aparca el tema y nunca se crean estrategias para superarlo. Por eso, no podemos permitir que los niños eviten la situación del miedo, tenemos que enfrentarles poquito a poco, dándoles recursos, dándoles pequeñas técnicas, con un adulto al lado, que les sirva de referencia, que les ofrezca seguridad, pero nunca fomentar la evitación.


Consejos ante el miedo de nuestros hijos

- No debemos asustarles con historias de ogros, de fantasmas, de brujas, etc., principalmente antes de acostarles. Se debe aclarar que estos personajes solamente existen en los cuentos y películas...

- No debemos reírnos  de sus temores. Burlarse de sus miedos disminuirá su confianza. Frases como No seas tonto, niños como tú no deben tener miedo de eso,... no contribuirán para disminuir el temor que sienten. Al revés, les desanimará a compartir sus temores.

- Hay que ser claros en relación al estímulo o situación que temen. Es decir, no debemos mentirles, por ejemplo, diciéndoles que una inyección no le dolerá o algo parecido. Si se miente sobre una situación de miedo le producirá más temor. Debemos ayudarles a prepararse, dándoles información y estrategias para enfrentar la situación.

- No debemos obligarles a pasar por las situaciones que temen ni a que las afronten solos. Los miedos no se superan enfrentándose a la situación de una vez por todas. En lugar de ayudar, algunas veces esto intensifica el miedo. Tienen el derecho de acostumbrarse poco a poco a la situación. Por ejemplo, no debemos obligarles a ver una película de la cual tienen miedo, o que acaricien a un perro que no les gusta, o que se monten en una montaña rusa cuando vayan a un parque de atracciones si sabemos que no se quieren subir.
- Debemos evitar transmitir nuestros temores. La forma en que enfrentamos nuestros propios miedos les da a ellos el patrón a seguir para enfrentar situaciones similares.


            Además de todo esto, lo ideal es tomar una postura intermedia. Es decir, ni dar demasiada importancia, ni ignorar sus miedos. En relación al primer caso, por ejemplo, si cada vez que vemos un perro nos interponemos entre nuestros hijos y el animal e insistimos en que nosotros les defenderemos, los niños acabarán pensando que todos los perros son realmente peligrosos y no podrán superar su miedo. Por otra parte, en cuanto al segundo caso, si ignoramos sus miedos se sentirán perdidos. No encontrarán la forma de enfrentarse al problema y percibirán por nuestra parte desinterés, y falta de atención.

martes, 26 de abril de 2016

Lectura de un cuento sobre el miedo.


    Aquí les adjunto un cuento en versión PDF. Sería interesante que puedan leerlo con vuestros hijos/as (de forma sencilla desde el ordenador). El cuento va sobre una araña llamada Genoveva que da miedo a todo el mundo y quiere saber por qué los demás se asustan. A través de las páginas de este libro, varios niños y niñas contentas a la misma pregunta: ¿De qué tienes miedo?


   Una vez que finalicen de leerlo, sería estupendo que ambos contestaran a la misma pregunta y reflexionaran sobre ello. 




lunes, 11 de abril de 2016

JUEGO: "El comecocos de las emociones"


El comecocos de las emociones es un juego de papiroflexia. Les adjunto dos enlaces que les llevarán a un documento PDF, para que lo descarguen e impriman si les apetece. Es un juego dinámico y divertido con el que pueden jugar en familia.  

En el mismo documento tienen los pasos a seguir para confeccionarlo. Una vez montado, se trata de jugar a reflexionar y expresar las emociones que les toque a cada uno. 



Versión en blanco y negro por si quieren colorearlo juntos: https://drive.google.com/file/d/0B-lHsaejFPhjd0NGVVoxbk9YSkk/view?usp=sharing

Versión a color: https://drive.google.com/file/d/0B-lHsaejFPhjSkkxam9GdWdtWXc/view?usp=sharing



ACTIVIDAD: "El tarro de las buenas noticias"


El objetivo que se persigue con esta actividad es que los niños reconozcan y valoren las situaciones positivas que están viviendo. Así como que se cree un espacio para hablar de ellas.

Materiales necesarios: un tarro o caja, papelitos y bolígrafo o lápiz.

Procedimiento: cada vez que ocurra una buena noticia (viene el ratoncito pérez, alguien ha tenido un hermanito, se acerca un cumpleaños, se ha portado bien, ha hecho bien una actividad o tarea, etc) el niño/a lo escribirá o dibujará en un papelito y lo introducirá en el tarro o caja. Después de un tiempo (por ejemplo al mes...), o ante situaciones donde vean que sería necesario recordarle todas las cosas buenas que han pasado, se puede abrir el tarro y leer los papeles guardados. 

Además, este tarro puede ser utilizado por toda la familia. Cada uno puede ir guardando cosas buenas que les hayan pasado, indicando el nombre o inicial de la persona a la que pertenece la nota. De esta manera, puede ayudarle al niño/a a ver qué cosas son consideradas positivas por el resto de la familia, permitiendo ampliar su visión y percibir positividad en pequeños detalles que antes podían pasar desapercibidos para él/ella. 


domingo, 10 de abril de 2016

Pequeño cuento para ustedes. Invita a la reflexión.





EL NIÑO QUE PUDO HACERLO...


Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.

Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que consiguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.

Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.
-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.




Algo tan simple como el "NO PUEDO" o el "NO PUEDES" puede condicionar la forma en la que afrontamos la vida. Tal vez en algún momento de tu vida te has encontrado con alguien que te ha dicho: "NO VAS A PODER". O incluso algo peor, que la persona que habita dentro de ti en ocasiones se ha dicho a sí misma: ¡NO PUEDO!

¿CÓMO QUE NO PUEDES? ¡CLARO QUE PUEDES! Estoy segura de que cualquier cosa que te propongas puedes conseguirla. No permitas que nadie te diga que no puedes hacer algo, y mucho menos, que tu yo interior te lo repita constantemente.